Lucinda y Margot Moles: dos atletas pioneras, multidisciplinares y olvidadas por republicanas
![Lucinda y Margot Moles](https://www.superacion.net/wp-content/uploads/2022/01/Margot-Moles-Aurora-Villa-Lucinda-Moles.jpg)
![Lucinda y Margot Moles](https://www.superacion.net/wp-content/uploads/2022/01/Lucinda-y-Margot-Robles.jpg)
Lucinda y Margot Robles: ambas practicando esquí
Por Carles Vila
Lucinda y Margot Moles Piña fueron unas pioneras que rompieron los cánones establecidos en el deporte español. Mirando siempre más allá de nuestras fronteras para aprender nuevas formas de enseñanza deportiva, fundaron la Asociación Deportiva Canoe Club en Madrid para aplicar todos sus conocimientos.
Además, Lucinda y Margot Moles fueron unas atletas multidisciplinares que practicaron deportes tan dispares como el atletismo, la natación, el esquí o el hockey con resultados y medallas para la incipiente participación de atletas españolas en competiciones internacionales.
Desgraciadamente, la pátina del tiempo las postergó al olvido tanto institucional como deportivo. Sirva este artículo para recordar su valentía, su legado y su amor por el deporte.
Los años 20 y 30 del siglo pasado fueron convulsos en lo político y lo social, pero sentaron las bases de lo que fue el devenir de las siguientes décadas. Hubo avances sociales impulsados por maestros y profesionales liberales que chocaron con estamentos poco dados a los cambios.
Las posiciones de derechas e izquierdas se radicalizaron y llevaron a un blanco y negro lo que, en muchos casos, era un sinfín de matices grisáceos que enriquecían el panorama. Luego vino la Guerra Civil y todo lo que se había avanzado quedó postergado durante 40 años.
La burguesía catalana…de izquierdas
Lucinda nace en 1908 y Margot en 1910 en Terrassa en una familia de la burguesía catalana descendiente de antiguos terratenientes, por parte de madre, que habían hecho fortuna en Cuba y con unos tíos, por parte de padre, que ocuparon cargos políticos, empresariales y científicos importantes.
Su padre, Pedro Moles era maestro, licenciado en Filosofía y Letras con un concepto de la enseñanza considerado muy progresista para la época. Quiso que esa idea de la educación también la recibieran sus hijos. Por eso, en 1917 toda la familia se traslada a vivir a Madrid y Margot, Lucinda y el otro hermano, Carlos, entran a estudiar en el Instituto-Escuela, creado por la Institución Libre de Enseñanza.
El concepto básico que residía en el Instituto-Escuela era que niños y niñas debían ser instruidos y tratados por igual. Tanto en las materias como en el deporte.
Lucinda y Margot casaron a la perfección con los valores de su escuela y en el curso 1928-29, con 20 años, Lucinda entró a trabajar como auxiliar en la asignatura de Juegos y Deportes. Después, adquirió el puesto de profesora titular hasta 1933, cuando obtuvo una plaza en Estados Unidos para seguir formándose, siendo sustituida por Margot.
![Lucinda y Margot Moles](https://www.superacion.net/wp-content/uploads/2022/01/Margot-Moles-Aurora-Villa-Lucinda-Moles.jpg)
Margot Moles, Aurora Villa y Lucinda Moless.
Lucinda ya había viajado al extranjero cuando realizó una estadía de 5 meses en el instituto Tunbridge Wells, a 74 km. al sur de Londres, y tenía claro que había que aplicar los conocimientos sobre enseñanza deportiva que se estaban dando en otros países.
Lucinda y Margot Moles: dos atletas multidisciplinares y campeonas
Lucinda compaginó su dedicación a la docencia con el deporte de alta competición: llegó a ser campeona de España de natación y seleccionada para participar en los campeonatos europeos de Inglaterra. Desgraciadamente, las dificultades económicas que suponía enviar una delegación de atletas hicieron que no compitiera.
Aun así, no renunció a seguir practicando otros deportes. Se centró en el atletismo y en 1931 se cuelga varias medallas de bronce en los campeonatos estatales.
Paralelamente a sus entrenamientos y a la impartición de clases en el Instituto-Escuela, Lucinda y Margot fueron unas avanzadas a su tiempo ya que observaron la poca presencia de mujeres en el alpinismo y los deportes de invierno.
Se pusieron en contacto con la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara y decidieron crear un club de montaña que diera cabida al creciente interés, por muchas mujeres, de practicar el esquí en todas sus modalidades. En 1930 fundaron la Asociación Deportiva Canoe Club que posteriormente pasó a denominarse Real Canoe Natación Club.
Mientras Lucinda viajaba a Estados Unidos en 1933, gracias a una beca conseguida por sus méritos deportivos para seguir formándose como educadora deportiva en el Wellesley College en Massachusets, Margot fue capitana del equipo de hochey del Atlético de Madrid (Athletic Club de Madrid entonces) y campeona de España de esquí.
En 1936, con 26 años, participa en los JJ.OO. de invierno de Garmisch-Partenkirche en descenso y slalom.
Como su hermana Lucinda, también quiso competir en atletismo y en 1934 participó en los campeonatos de Lisboa en lanzamiento de disco. Consiguió una marca que hubiera supuesto un bronce en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles celebrados dos años antes.
Donde sí participó fue en la Olimpiada Popular de Amberes de 1937, en plena Guerra Civil, de clara tendencia izquierdista donde ocupó el tercer cajón del podio en lanzamiento de disco, solamente superada por las atletas rusas.
Margot batió el récord del mundo de lanzamiento de martillo en 1932 que se mantuvo vigente durante 43 años.
Las hemanas Lucinda y Margot Moles: defensoras de la República y la igualdad:
Margot se volcó en la instrucción y protección de los niños del Instituto-Escuela organizando colonias en comunidades lejos de Madrid como las que realizaron en Gijón el verano del 35.
En esa ocasión, Lucinda regresó a España para echar una mano en las clases y en una entrevista para la revista Crónica explicaba que el estudiante americano era un enamorado de los deportes y estaba convencido de los beneficios de su práctica.
Añadía en esta entrevista que su intención era seguir aprendiendo en diferentes instituciones norteamericanas.
Lucinda pensaba que el mayor obstáculo de que las niñas practicasen un deporte eran las propias familias que consideraban que debían ocupar su tiempo con otros menesteres.
Estalla la Guerra Civil y Lucinda y Margot se posicionan claramente a favor de la República y de los ideales que defendía. Lucinda volvió en el 36 pero la enseñanza a los niños y niñas pasó a un segundo plano ya que se les pidió que dieran instrucción deportiva en cuarteles.
La boda de los campeones
En 1934, Margot se casó con Manolo Pina, gran deportista y esquiador, en lo que la prensa calificó como “La boda de los campeones”.
Se quedaron en Madrid y en 1939 dio a luz una niña a la que llamaron Lucinda. Las tropas franquistas ocuparon todo el territorio y fueron a buscar a todos aquellos que habían simpatizado con la República o habían ostentado cargos en partidos de izquierda. La caza de brujas alcanzó a Margot y a su marido. Los sublevados apresaron a Manolo y en 1942 lo llevaron ante un pelotón de fusilamiento.
Le permitieron a Margot recoger su cadáver y enterrarlo. En ese momento terminó la historia de Margot como atleta y como profesora.
El exilio y el ostracismo
Lucinda se exilió en 1939 en Estados Unidos trabajando de profesora toda su vida hasta que se jubiló, a mediados de los 70, cuando volvió a España para vivir junto a su hermana en una casa junto el río Alberche, en El Barraco, en la provincia de Ávila. Murió en 1997.
Mientras Margot se refugió en las sombras de su casa intentando sobrevivir cosiendo y criando a su hija. Gracias al Institute for Girls in Spain de Estados Unidos añadía unos ingresos a su paupérrima economía alojando en su casa a chicas que querían aprender español. Murió en 1987 víctima de un cáncer.
Las sonrisas de los 500 niños
Quizás el régimen franquista borró a Lucinda y Margot Moles de los libros de historia deportiva de este país. Quizás les hicieron sentir que, como perdedores de la Guerra Civil, debían esconderse.
Igual el dolor moral de verse en el ostracismo después de gozar del deporte de competición y una igualdad con los hombres les hiciera daño. Quizás les doliera que sus métodos de enseñanza tan avanzados e igualitarios, se vieran postergados varias décadas.
Pero lo que es seguro es que las sonrisas de los 500 niños que salieron a la calle a practicar deporte en las calles de Madrid en los años 30 y de todos aquellos que recibieron sus enseñanzas, serán recordadas para siempre.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.